CUIDEMOS LA TIERRA ¡ES EL ÚNICO PLANETA CON VINO!

CUIDEMOS LA TIERRA ¡ES EL ÚNICO PLANETA CON VINO!

Cuidemos la Tierra ¡Es el único planeta con vino!

气候变化


Cambios. Muchas son las bodegas en el mundo que ya están estudiando la adaptación de los viñedos al retraso de la maduración y buscando cepas que resistan climas más cálidos. Nota de Margarita Lozano para granadahoy.com que reproducimos.

 
QUIZÁS el vino que usted está tomando hoy será, en pocas décadas, un raro objeto de coleccionista: en unas décadas, puede no solo que ya no exista esa bodega, sino tampoco el viñedo del que procede ese vino ni la denominación de origen que lo ampara. La vid es la planta más sensible a las variaciones térmicas y por lo tanto, el universo vitícola es uno de los más comprometidos con el combate contra el cambio climático. Como planta, la vid posee un óptimo término medio de entre los 9ºC para las mínimas y 18ºC para las máximas, aunque estos límites dependen de variedades, patrones y condiciones específicas del entorno que pueden modificar los limites tolerados por las cepas.
A pesar de lo que puedan decir los «negacionistas» (financiados por los lobbies del petróleo para que digan que el cambio climático no existe), lo cierto es que los gases invernadero, el aumento de la población, la deforestación y los ciclos que afectan a las corrientes profundas del Atlántico y que duran 1.000 años, están cambiando profundamente el escenario del Planeta Azul.
La mitad del CO2 lo asimila la atmósfera y el resto es asimilación marina y continental. Se calcula que en el S XXI, las temperaturas subirán entre 2º y 5ºC y que, con el progresivo deshielo de la Antártida, en 2100 la subida del nivel del mar se estima entre 0,30m y 0,50m. Entonces habrá ecosistemas inestables y enfermedades que ahora son tropicales mucho más cerca de los polos. Si las corrientes frías del Atlántico cesaran (son rotativas, calientes en el Golfo de México y muy saladas, por lo que se hunden hasta Groenlandia y bajan frías) subirían mucho más aún las temperaturas.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) se creó en 1988 con la finalidad de proporcionar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta. El IPCC y el ex Vicepresidente de EEUU, Al Gore, recibieron el premio Nobel de la Paz en 2007 por su labor en esta materia. Sobre la base de los informes del IPCC, nació Wineries for Climate Protection (Bodegas por la Protección del Clima) que estudian qué se debe y se puede hacer. Lo primero sería que los gobiernos desarrollaran políticas activas contra el cambio climático; utilizar energías limpias; desarrollar el potencial de las algas; la creación de parques eólicos en la estratosfera; y estudiar métodos de captura y almacenamiento del CO2.
Muchas son las bodegas en el mundo que ya están estudiando la adaptación de los viñedos al retraso de la maduración y buscando cepas que resistan climas más cálidos. Es posible incluso que las denominaciones de origen desaparezcan porque habrá que plantar otras variedades distintas de las contempladas y autorizadas. Si no actuamos, los futuros vitivinicultores no tendrán más remedio que buscar climas más adecuados. Hoy en día, ya se está plantando vid y elaborando espumosos en Inglaterra, algo impensable varias décadas atrás, cuando la situación, a nivel mundial, era que la vid, salvo variedades concretas y zonas peculiares, se puede cultivar entre los paralelos 50ºN y 40ºS. Otra opción es aumentar la altitud de las plantaciones para contrarrestar las subidas térmicas. De hecho, últimamente se están plantando nuevos viñedos en altitudes bastante considerables en el Pirineo oscense, andorrano y catalán con excelentes resultados.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, el vino ecológico produce más emisiones de CO2 que el vino tradicional. Por ejemplo, hoy hay una acumulación de cobre en las viñas ecológicas por la utilización del llamado «caldo bordelés» (una combinación de sulfato cúprico y cal hidratada, inventado por los viticultores de la región de Burdeos, que se usa principalmente para controlar los hongos de la viña) y la consiguiente contaminación de las corrientes de agua.
Wineries for Climate Protection hizo público el llamado ‘Manifiesto de Barcelona’ con un decálogo que las bodegas adheridas se comprometen a aplicar (bajo control auditado):
1. Reducir emisiones, es decir, la huella de carbono por botella producida.
2. Edificación sostenible, disminuyendo el impacto ambiental e integrándose en el paisaje.
3. Utilizar energías renovables y ser energéticamente eficientes.
4. Aplicar técnicas de agricultura sostenible y promover la biodiversidad.
5. Reducción de la huella hídrica, optimizando el uso del agua.
6. Introducir criterios medioambientales en el diseño del packaging del producto
7. Reducir los residuos generados y utilizar biomasa como materia combustible.
8. Minimizar el impacto ambiental de la distribución del producto mediante transporte energéticamente eficiente y la optimización de cargas y rutas.
9. Investigación e innovación orientadas a conseguir la reducción del uso de recursos naturales, la generación de residuos y las emisiones de CO2.
10. Comunicación: sensibilizar a los proveedores y a los trabajadores en buenas prácticas medioambientales y de lucha contra el cambio climático.
En España, el Grupo Miguel Torres es uno de los más comprometidos con la lucha contra el cambio climático. Su Presidente, Miguel A. Torres, recibió el Premio Lifetime Achievement 2011 en los Drink Business Green Awards por su trayectoria profesional en apoyo de las prácticas medioambientales sostenibles en el sector del vino y los espirituosos. Los galardones son concedidos por la prestigiosa revista británica Drink Business. En la edición del 2010, Bodegas Torres fue también premiada como Green Company of the Year (Empresa Ecológica del Año), por su compromiso con la ecosostenibilidad. Bajo el lema ‘Cuanto más cuidamos la tierra, mejor vino conseguimos’, Bodegas Torres considera el compromiso medioambiental como parte de sus valores y cultura organizativa. «Nos dedicamos a la viña, y en la viña no te puedes olvidar de la tierra. El cambio climático afecta de modo directo a la viña y puede convertirse en dramático si no hacemos nada para evitarlo», explica Miguel A. Torres.
El cambio climático es tema de todos. El sector del vino se compromete. Entre tanto, bebamos los vinos que hoy por hoy aún nos brinda la naturaleza tal y como nosotros la conocemos.
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Edición de noticias para España, las Américas y el Caribe. © Diario del Vino 2014
México, 19 de enero de 2015