Vino y sexo en las mujeres

No hay mal que cien años dure, ni mal que no cure una copa de vino. ¿Dudas? No hay problema, cada año aparecen multitud de estudios que dan credibilidad a los valores terapéuticos de ese caldo tan apreciado.
En este caso, es el sexo, un terreno que teníamos abandonado, mientras le prestábamos atención a las arterias, al riego sanguíneo, al cerebro… ¿Y qué hay de la hermosa relación entre vino y sexo? Pues también tiene su estudio aplicado.
Ya hace unos años, surgió la prueba empírica de que el consumo moderado de vino ejercía positivamente en el disfrute y en el rendimiento sexual masculino, por lo que los hombres tenían un motivo más para beber.
Ahora las mujeres ha sido los sujetos de estudio, y las conclusiones son muy esperanzadoras para las consumidoras. El enunciado viene a ser algo así como: “Bienaventuradas las bebedoras de vino, porque de ellas será el reino del placer”.
Tras someter a estudio a un grupo de más de 700 mujeres, se concluyó que aquellas que bebían vino regularmente (2 vasos diarios) alcanzaban mayor satisfacción en el terreno sexual, que aquellas que sólo bebían un vaso, y con mayor diferencia, que las que eran abstemias.
Las variables tenidas en cuenta se resumían en deseo, excitación subjetiva, lubricación, orgasmo, satisfacción y dolor.
Según los científicos de las Universidades de Torino y Florencia, los polifenoles y los flavonoides, eran los responsables directos de estas mejoras en el placer, al ser agentes que intervienen directamente en mecanismos que afectan directamente al ejercicio del sexo, como la actuación del endotelio y la vasodilatación arterial.
Por supuesto, estas ideas basadas en pruebas fehacientes no quieren decir que las mujeres que no consumen alcohol no disfruten de su vida erótica, pero sí que en comparación disfrutan menos que las que bebedoras, según las pruebas extraídas de este curioso estudio.
La pregunta es ¿estamos de acuerdo con que el vino afecta positivamente tanto a hombres como a mujeres, y en qué grado?